Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí, estaba recostado, dormitaba, expedía horribles olores, a la vez que gruñía ruidos espantosos, antes de dormir había dejado todo un desastre, estaba su piel arrugada y muy tersa, de complexión enana y poco atractiva, su sola presencia era desagradable, desde aquel día, el entendió todo, nunca volvería a invitar a su suegra a la casa.
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